Cuanto menos nos causa perplejidad las últimas afirmaciones del portavoz local, de un simplismo populista digno de otras opciones políticas. Parece desconocerse las planificaciones y acuerdos alcanzados en ámbitos de negociación, por ejemplo. O desconocen u obvian, para construcción de su relato. Lamentamos la deriva del equipo de gobierno local.
No parece ni sensato ni inteligente para la protección del patrimonio minero poner en duda la capacidad de acuerdo y el trabajo de quienes ostentan la representación del conjunto de los concejos asturianos, como es la FACC; el conocimiento científico de la Universidad de Oviedo, el CECODET o el Colegio de Arquitectos…
O la participación de la empresa pública propietaria de gran parte de los elementos patrimoniales mineros, que en su propio seno y en diálogo constante con los sindicatos mineros, ha firmado actuaciones recogidas en documentos formales, llámese Plan Territorial Especial de Hunosa, o los diferentes planes de empresa que recogen una planificación en materia de postminería y recuperación del patrimonio minero. Conviene estudiar antes de hablar.
El ejemplo en que se inspira el alcalde de MIeres, es la recuperación de la Ría de Bilbao. Una actuación muy local y específica, con menos extensión geográfica afectada, con menos agentes involucrados que facilitó la toma de decisiones y con una viabilidad económica asegurada, que ya por sí solos tenían los terrenos afectados, entre otros factores. No son realidades comparables.
El alcalde de Mieres sigue sin aclarar lo más importante: su nivel de compromiso con la fórmula que propone. La fiabilidad de su palabra y el volumen de recursos propios que será necesario aportar. Si va a pesar más la preservación de la memoria de la minería o la eventual estrategia política de su formación, según el viento que sople.